Consolación de la filosofía

Pocas obras han tenido durante toda la Edad Media la fuma y
el prestigio de la Consolación de la Filosofía de Boecio, la última de las
grandes producciones filosóficas de la Antigüedad grecorromana y una de las
vías de acceso al medievo del pensamiento y la literatura clásica. Senador
romano de noble familia, hombre de letras y político condenado a muerte por el
rey ostrogodo Teodorico el año 524 por su oposición al régimen, Boecio escribió
esta obra en prisión mientras esperaba la ejecución de su sentencia. En ella,
un hombre sin futuro, amargado por la ingratitud de las personas en quien
confiaba y obligado a reflexionar sobre los valores e ideales que informaron su
conducta, realiza una síntesis de sus experiencias vitales y Filosóficas.
Intelectual de enorme cultura, uno de los espíritus más lúcidos de una época en
vías de extinción que asistía a la decadencia de los valores tradicionales y su
sustitución por otros nuevos, profundamente imbuido de la cultura filosófica
neoplatónica y aristotélica, persiguió durante toda su vida el ambicioso programa
de conservar y transmitir el patrimonio filosófico de Ja tradición Antigua. 

Considerado como el último de los romanos y el precursor de la escolástica,
ninguno de sus tratados doctrinales y filosóficos repercusiones de la
Consolación de la Filosofía, una autobiografía filosófica escrita en prosa y
verso que condensa y sintetiza en los términos de una meditación lúcida y
emotiva el pensamiento ético clásico y los problemas insondables de la
conciencia: el debate del bien y del mal, la participación en la vida pública,
la influencia de a fortuna sobre los seres humanos, la libertad de conciencia,
la voluntad del hombre y la previsión de Dios, el azar y el destino y la separación
de la fe y la razón.